Para …
- Conocerte más.
- Ser más flexible.
- Desarrollarte personal y profesionalmente.
- Aprender a establecer relaciones de sintonía.
- Ser capaz de tomar una perspectiva individual y sistémica.
- Reconocer y desarrollar recursos.
- Mejorar tu capacidad de comunicación.
- Tener mejores relaciones.
- Concretar tus estados deseados.
- Incorporar estrategias de mejora.
- Un mayor equilibrio.
La PNL llegó a mi vida en un momento que necesitaba reconocerme a mí misma. Dar espacio a aquello que veía en mí y que no encontraba el modo de mostrar. Me di cuenta que constantemente hacemos PNL, únicamente se trataba de hacer consciente mi capacidad de cambio, de incorporar conductas de éxito, de recuperar estados y recursos, de aceptar nuevas posibilidades. Y esto que es tan fácil de escribir, entonces me resultaba sumamente complejo. La PNL me lo hizo más fácil.
Te has preguntado en alguna ocasión ¿cómo es que en unos entornos muestras conductas de éxito y en otros no aparecen? ¿Cómo es que teniendo muy claro que quieres comunicarte de un modo distinto y habiendo realizado muchos cursos, no llegas a conseguirlo? La PNL te permitirá comprenderlo. Estudia qué hacen y cómo hacen las personas que hacen algo muy bien y nos muestra cómo incorporarlo a nuestro repertorio de estrategias.
Todo empezó en los años 70 con Richard Bandler y John Grinder, quienes revisaron con detalle qué hacían personajes como Virginia Satir, Milton Erickson, Firtz Perls, para conseguir que se produjeran cambios en las personas. Sus primeros estudios se plasmaron en la publicación “El estudio de la Magia”. En su introducción, Gregory Bateson dice “Grinder y Bandler han logrado explicitar la sintaxis sobre cómo la gente evita el cambio y, por lo tanto, cómo ayudarlos a cambiar”. Desde entonces diversos son los autores y profesionales que han desarrollado estrategias y que han llevado la PNL a muchas personas.
Es un modelo que nos aporta una especie de manual que nos permite conocernos mejor. Aporta modelos que nos ayudan a comprender como procesamos la información que nos llega de nuestros sentidos, como la codificamos, cómo y qué significados le damos y cómo haciendo ciertos cambios podemos modificar nuestro modo de actuar.
Aprendemos a:
- Identificar nuestros estados deseados.
- Enfocarnos a ellos.
- Dar espacio a otras posibilidades.
- Reconocer la intención positiva de nuestras conductas y de las demás personas.
- Responsabilizarnos de nuestra comunicación.
- Reconocer y aflorar recursos propios.
- Conectar con nuestros estados internos.
- Escuchar.
- Escucharnos.
- Ampliar nuestra perspectiva.
- Generar nuevos comportamientos
Para tomar una actitud de curiosidad con la que generar nuevas posibilidades.
